Meroma

Para mí la mejor barra de la Roma. Recomiendo pedir todas las entradas y ver qué sorpresas ponen Rodney y Mercedes en el menú. De postre tienen el mejor affogato o la natilla de chocolate con maracuyá. Y los vinos que recomienda Rodney siempre son el complemento perfecto.

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Aunque el menú ha cambiado con el tiempo creo que los platos ‘de siempre’ son los que me han hecho regresar, como la ensalada de cogollos, alcachofas fritas con jocoque, el crudo del día, el orechiette, el agnolotti y el pollo rostizado. La tarta de leche condensada y/o los quesos. Si está Rodney, siempre les recomendará un buen vino.

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A mi me gusta empezar con un drink abajo y luego subir para comer o cenar en forma.

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La terraza es donde prefiero sentarme. Se me hace acogedora y perfecta para cenar en pareja, además que me encanta la manera como cocinan con varias capas de sabor. La ensalada de jitomate, el chuletón de cerdo y las alcachofas son mis favoritos, pero en realidad todo me gusta de su carta.

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Me encanta el piso de arriba para una cena íntima, especialmente el orecchiette acompañado de una botella de vino de la lista de Rodney. El bar en la planta baja, que da a la calle, también es perfecto para una copa de vino y botanas.

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Tanto la arquitectura del lugar como los platillos son toda una experiencia. Si no sabes a dónde ir con tu date, este es un gran lugar.

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El lugar donde más en casa puedo sentirme. La experiencia empieza en la barra, donde Rodo te sirve los aperitivos del día. Después, Rodney y Mercedes te recomiendan los vinos más locos y deliciosos que puedas probar, todo entre un menú buenísimo. Mis favoritos son el pollo y las pastas, pero espero que regrese la tapa con Uni.

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Mi mero, mero. No hay persona a quien no se lo recomiende y a mis amigos les consta. Pastas perfectas, mucha acidez, varias capas de texturas, sabores balanceados y una carta de vinos variada y con precios justos. A mí me gusta sentarme en el bar cuando es más casual el plan y pedir varias botanas. Y si voy a algo más en forma, sentarme arriba en el salón o la terraza.

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Uno de mis lugares favoritos de la ciudad. Celebro su menú compacto y, casi siempre, podría quedarme únicamente pidiendo todas y cada una de las entradas. El crudo del día y el orecchiette, los infaltables. Tip: si hay espacio, tómate un aperitivo (martini, vermut) con una entrada (el montado de almejas o las mejores aceitunas de la ciudad) en la barra de abajo. Cuando estés listo, sube a tu mesa.

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La segura es probar nuevos vinos en la barra de abajo. No perdono el pollo ni el agnolotti, pero también es buen lugar para llevar a amigos veganos, porque tienen varias opciones en el menú.

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